(Estas reflexiones son la continuación de la llamada “Todos nosotros somos de Maturín” ) Llegué con la información a mi hogar. Las condiciones eran que simples: debía tocar el vals para que la quinceañera bailara luego de su presentación en sociedad. Pensé que lo mas conveniente era que solo mi hija mayor me acompañase pues los gastos de tocador y trapos de ningún modo podía superar la barrera de los 100.000 Bs. es decir, 100 Bf. (Considere Ud. Estas reflexiones son la continuación de la llamada “Todos nosotros somos de Maturín” ) Llegué con la información a mi hogar. Las condiciones eran simples: debía tocar De manera que mi hija mayor me acompañó, claro está que al tener esta la habilidad de ejecutar la flauta transversa ayudaría enormemente en el compromiso establecido. Se llega la hora arribar al sitio del acontecimiento y al entrar al lugar percibo que somos los primeros en presentarse, eso me avergonzó un poco, pero luego se volcó a mi favor por los sucesos que posteriorme
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