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Mostrando entradas de agosto, 2008

La Fiesta

(Estas reflexiones son la continuación de la llamada “Todos nosotros somos de Maturín” ) Llegué con la información a mi hogar. Las condiciones eran que simples: debía tocar el vals para que la quinceañera bailara luego de su presentación en sociedad.   Pensé que lo mas conveniente era que solo mi hija mayor me acompañase pues los gastos de tocador y trapos de ningún modo podía superar la barrera de los 100.000 Bs. es decir, 100 Bf. (Considere Ud. Estas reflexiones son la continuación de la llamada  “Todos nosotros somos de Maturín” ) Llegué con la información a mi hogar. Las condiciones eran simples: debía tocar De manera que mi hija mayor me acompañó, claro está que al tener esta la habilidad de ejecutar la flauta transversa ayudaría enormemente en el compromiso establecido. Se llega la hora arribar al sitio del acontecimiento y al entrar al lugar percibo que somos los primeros en presentarse, eso me avergonzó un poco, pero luego se volcó a mi favor por los sucesos que posteriorme

¡Niña, Estás Incorpórea!

Estas fueron la s reprensivas palabras que un joven estudiante de teología le observó a su pequeña de dos años que se comportaba de manera inquieta en un oficio religioso. En esa misma semana él había estudiado en el seminario acerca de ese atributo divino y para confusión y admiración de los presentes usó el termino (que significa que no tiene cuerpo físico) para apaciguar los bríos de la inocente infante. Ciertamente nos sorprendió con semejante disparate… solo para reírse hasta puyarse los ojos en compañía de sus amigos entre los cuales me incluyo. Todos lo hacemos. Usamos frases repetitivas muy particulares de un oficio, gremio o geografía. Y es que a nadie le gusta admitir que los emplea. Les hablo acerca de El Cliché y/o La Muletilla . De este último los eruditos lingüistas de la RAE han definido como la Voz o frase que se repite mucho por hábito. No es malo el cliché , a mi parecer facilita mucho las cosas, mas que todo en los espacios donde se emplean con frecuencia an

Todos Nosotros somos de Maturín.

Fue una de esas invitaciones que nos hacen a los músicos para asegurar nuestra presencia ante cualquier contingencia artístico-musical durante el festejo y usarlo para amenizar luego que los jóvenes de la música grabada hacen sonar el plagio de Pedro Elías Gutiérrez (Alma Llanera) dando por culminado su contrato. Por eso me invitaron. No fue por la multitud de simpatías que se irradio a quienes me circundan, o por lo provechoso de la presencia de cinco convidados más en el ya extenso numero de comensales en la celebración. “Profesor Ud. sabe…” a lo que me pregunté ¿Desde cuando soy un personaje de prestigio por mi acertada percepción del mundo que me rodea…? ¡Mi hija está cumpliendo años! Ah que bien, respondo con beneplácito, Que bueno… ¿Y cuantos cumple? Quince, profesor, alego: Como pasa el tiempo… A estas alturas del coloquio ya me imagino por donde se presenta la tesis. -Y la fecha tal, le celebraremos el cumpleaños, algo sencillo, porque la cosa esta muy dura y no hay mucho para

Consejo...

Este Consejo , original de Marcos Vidal quise regalarlo a mi hija el día de su graduación el próximo pasado 22 de Julio. No me quedó como quería pero valen las palabras.

El órgano de pedales.

Hace algunos años estuvo en boga, en el pináculo de la revista musical de los evangélicos, un tema que ayer resonaba en mi musical sentido cuando revisaba el material que usaría en este escrito. “Hay cosas que yo no comprendo Y lugares hay do nunca ire ´…” Personalizaré estas palabras, saludando a su desconocido creador, para iniciar estas cavilaciones que, es posible que ustedes puedan leer posteriormente. Se puede decir que mi vida se circunscribe en el ámbito geográfico de dos estados de nuestra bolivariana República: El sur de Monagas y el norte de Bolívar. Una vez fui al centro del país pero ya no lo recuerdo… o fue un sueño… Lo cierto es que en esos pocos kilómetros de mi mediana existencia puedo decir como el autor del mencionado tema, que existen cosas y lugares que desconozco, sabores que no probaré, paisajes que nunca veré y “La Traviata ” de Verdi , la cual nunca disfrutaré en vivo, es decir, sonidos que mis oídos nunca percibirán. Pero dejando a un lado mis quejumbrantes