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Mostrando entradas de 2020

De Los Esmarfones. Por Carlos Martínez

 De los Esmárfon. Por Carlos Martínez. En mis años juveniles  Cuando yo era más buenmozo Cuando no faltaba nada cuando todo era alborozo Cuando los adolescentes Y también los mayorcitos Practicaban por costumbre Reuniones y grupitos Salidas y excursiones Días de parque, sudanditos Actividades diversas En casa o con amiguitos. Diferente los de ahora Que andan siempre muy solitos Y cuando andan en grupo Se les nota calladitos Porque ahora se la pasan Individualmente o junticos Con la cacumen metido Mirando un aparatico. Llámese computadora Table, esmarfon como sea Esas cajitas del diablo Son el gobierno de ahora. Los muchachitos actuales No tienen habilidad Hasta le cuentan a gugle  Todita su intimidad No saben ni donde queda  Ni donde venden casabe Si es pabilo lo que buscan No saben que bicho es ese Y para colmo te insultan Cuando tú no sabes algo Te humillan con voz de mando Pregúntale al gepe ese. Que si el blutús Que los datos La fulana cobertura Que los megas,  que los memes, que l

Cuento de los eneros.

  Les contaré con esmero La historia de un infantil Un inocente pueril a quien con justa razón  Le dieron un pescozón Comenzando el mes de enero. La mañana primorosa De aquel primero de enero Los hombres y las mujeres Se abrazaban con premura sus augurios y deseos deseábanse con finura Holgura y Buena Ventura Para el año venidero Con una frase de antaño Llegabanse hasta el jardín jóvenes, viejos, en fin... multitud de no invitados  saludando y preguntando la cuestión obligatoria con gritos y con euforia: ¿Por dónde te agarró el año? El infantil presenciaba  con desconcierto y esmero el saludo mañanero que ineludible escuchaba: A mí me agarró en el baño, o en la sala-comedor. Pues yo me acosté temprano y mi mujer se durmió. Me dicen que fulanito a su casa no llegó que estaba case la otra y la cuaima se enteró y armá de un palo de escoba por la espalda le cimbró. Le reventó la cabeza y la cara le aruñó sin hablar de la paliza que a la otra ella le dio. Dicen que en el hospital fue que el

El Lápiz

Mañana lluviosa de tardío pasar sin poder al patio salir a jugar y completas todas faenas del hogar era imperativo ponerse a estudiar pues no se acostumbra bañarse en la lluvia porque es por las tardes esa actividad que la hacían los niños de la vecindad. El silencio en casa es aturdidor no había ruido alguno por alrededor ahí no se escuchaba ni un ventilador solo se escuchaba muy de vez en cuando de Singer, la máquina de pedal andando cuando nuestra Doña Fina con tela y ojal alfiler, tijera, hojilla y dedal y también el hilo (casi iba olvidar) cosía pa' la calle a fin de ayudar y la quincenita poder completar pa ‘en la bodeguita de Fermín comprar queso, leche, azúcar café y hasta pan. Cada uno se acomoda según predilección Donde mas le agrade hacer su lección Alguno en el piso, alguno el colchón A otro la mesa, el cuarto o resquicio  En fin… dondequiera le indicara el juicio. Por mi parte siempre yo fundamentoso elegí mi sitio más que presuroso. En una mesita de esas auxiliares ex